Ulán Bator

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Father Dan Dorsey loves being Catholic.

Por el padre Dan Dorsey.

Sonreí mientras escribía el título de esta columna preguntándome cuántos lectores reconocerían el nombre o tal vez pensarían que el editor de El Reto necesita lentes nuevos. En realidad, esta es la ciudad capital de Mongolia, que el Papa Francisco visitó en septiembre de 2023.

Algunos datos interesantes: Ulán Bator tiene alrededor de 1.5 millones de habitantes y está considerada la capital más fría del mundo. ¡La temperatura promedio durante todo el año es de 31 grados Fahrenheit! La municipalidad se ubica en el centro norte de Mongolia a una altura de aproximadamente 1,300 metros (4,300 pies) en un valle en el río Tuul.

De una población total de 3.5 millones de habitantes en Mongolia, en todo el país sólo hay unos 1,500 católicos. Esto plantea la siguiente pregunta: Entonces, ¿por qué un Papa viajaría 6,000 millas para visitar una comunidad católica tan minúscula? En sus propias palabras: “Porque es precisamente ahí, lejos de los focos, donde a menudo se encuentran los signos de la presencia de Dios, el cual no mira a las apariencias, sino al corazón”.

La universalidad de la Iglesia católica, afirmó, no es algo que “homologue” la fe. “Esta es la catolicidad: una universalidad encarnada, que acoge el bien ahí donde vive y sirve a la gente con la que vive. Es así como vive la Iglesia: dando testimonio del amor de Jesús con mansedumbre, con la vida antes que con las palabras, feliz por sus verdaderas riquezas: el servicio del Señor y de los hermanos”.

A menudo se les hace la misma pregunta a los misioneros de Glenmary: ¿por qué van a estas áreas aquí en los Estados Unidos donde hay pocos católicos?

Uno de los pilares del ministerio de Glenmary es el de la naturaleza universal de la Iglesia: conectar las pequeñas comunidades misioneras con el Cuerpo de Cristo en todo el mundo. En mi opinión, la visita del Papa Francisco reforzó la razón de ser del ministerio misionero de Glenmary. Es decir, ir a lugares olvidados y abandonados, “lejos del centro de atención”, y mostrarle a la gente que son amados y hermosos.

En noviembre pasado, varios jóvenes de diversas misiones nuestras pudieron asistir a la Convención Nacional de Jóvenes Católicos (NCYC, por su sigla en inglés) en Indianápolis, Indiana. La NCYC es un evento único de tres días de oración, adoración, comunidad, evangelización y empoderamiento para adolescentes católicos (en edad de escuela secundaria) y sus acompañantes adultos. ¡Más de 12,000 adolescentes de todos los rincones de los Estados Unidos asisten al evento! A lo largo de los años, he tenido el privilegio de asistir a la convención y trabajar en el puesto de vocaciones de Glenmary. ¡¡¡La energía y la alegría que he encontrado a lo largo de los años han sido una bendición para mí!!!

Cuando le pregunté a Clarissa Chavarría, una de las co-misioneras de Glenmary en San Juan Pablo II en Rutledge, Tennessee, TN, por qué dedicaría tanto tiempo y esfuerzo a conseguir que un grupo fuera al NCYC, sin dudarlo, respondió: “para conectar a nuestros jóvenes con la Iglesia universal. No hay muchos católicos en nuestra zona. A menudo son los únicos de su clase en la escuela. Esta es una buena exposición y les permitirá ver el panorama más amplio y apropiarse de su fe. Los alimentará, los inspirará y desarrollará su liderazgo”.

En total, unos 20 adolescentes y sus acompañantes pudieron asistir a la NCYC. Ellos mismos recaudaron, a nivel local, el 70% del dinero, mientras que Glenmary pudo otorgar “becas” para completar la cantidad. ¡Cada uno de los grupos de nuestras misiones pasó por nuestro stand de vocaciones para saludar y mi corazón se desbordó de gratitud al ver las sonrisas y la alegría en sus rostros!

Sólo gracias a ustedes, nuestros generosos donantes, pudimos ofrecer becas a los adolescentes en las misiones. Ya sea un viaje a Ulán Bator o Indianápolis, cada uno de nosotros está llamado a “dar testimonio del amor de Jesús… a abrazar el bien y servir a las personas con las que vivimos”.