Desfile de Fe

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Navidad en el condado de Bertie
Historia y fotos por John Feister

Cada año, durante las semanas previas a la Navidad, la misión del Espíritu Santo de Glenmary en Windsor, Carolina del Norte, ofrece un regalo para la comunidad. En realidad, toda la comunidad de Windsor, adorna las calles o marcha con su propia organización en el Desfile Anual de Navidad. Pero todos saben que la misión del Espíritu Santo será la que dará más de sí, en ánimo.
“Es un buen momento”, dice el padre de Glenmary Aaron Wessman, párroco de la misión del Espíritu Santo hasta hace poco tiempo, ya que fue elegido como Vice-Presidente de Glenmary. Él se refiere a toda la alegría que genera la preparación de la carroza, que incluye un grupo de rock: teclado, guitarras, batería, cantantes y coloridos adornos filipinos. “Las personas disfrutan”, él dice. “La gente empieza a recordar que la Iglesia Católica es parte de esta comunidad, que estamos involucrados. Ellos están a la espera de poder escuchar nuestra música el próximo año”.
De hecho, un año cuando los feligreses decidieron no desfilar, la Cámara de Comercio los extrañó, y les dio el premio a la mejor carroza, de todas formas. “Eso es genial”, el padre Aarón dice con una sonrisa.
La parroquia del Espíritu Santo cuenta una población filipina de tamaño considerable, debido a la oportunidad laboral en el sistema escolar local. El este de Carolina del Norte, tiene dificultades para conseguir maestros para sus escuelas: es un área remota, con un índice alto de pobreza, donde no se le dio importancia a la educación en el pasado. Esta área es parte de una antigüa plantación del Sur. El estado de Carolina del Norte, da un incentivo para el reclutamiento de maestros. El resultado en Windsor, es una impresionante población de docentes filipinos, todos católicos.
“La mayoría de nosotros venimos de un conjunto de islas”, dice Monet Baluyot, mientras ella, junto con un grupo de feligreses dan los últimos toques decorativos a la carroza. El grupo ha trabajado en la carroza por las tardes de las últimas semanas. ¿Qué islas? “Cebu, Boho,….” ella enumera los nombres de un puñado de islas de donde son originarios los maestros y sus familias “y ellos hablan una lengua nativa, bisaya”. No hay mucho tiempo para platicar: su mente y los otros están más enfocados en el proyecto. Este es un grupo con visión de futuro.
Al finalizar el desfile, el hermano Virgil Siefker, de Glenmary, ayuda a colocar una estrella de papel en una planta de bambú, un ornamento popular filipino. El adorno de la estrella de papel, simboliza la Estrella de Belén. Hay muchas estrellas en las plantas de bambú, todas puestas en la carroza y en la camioneta que la remolcará hasta el desfile. La caja de la camioneta está llena con altavoces, amplificadores, y un generador para que todo funcione; hay un lugar para los músicos que portan gorros de Papá Noel.
El proyecto está siendo coordinado por Boy Baluyot, el esposo de Monet, en cuya cochera está estacionada la carroza. El padre Aarón se sube a bordo portando su gorro de Papá Noel para un último ensayo, trás bajarse de una escalera, en donde estaba colgando algunas estrellas de papel. Algunos hombres han enganchado la carroza a la camioneta.
El guitarrista, Froilán Romero, ha llegado, así como el baterista, el bajista y algunos vocalistas. Es una escena alegre, aunque apresurada. Se realiza la prueba de sonido, mientras que el grupo empieza a cantar una canción que será entonada durante el desfile, “Feliz Navidad”. El padre Aarón parece estar en casa, sosteniendo el micrófono en su mano.
Monet dice que los jueces no hubieran permitido que la carroza de la Iglesia del Espíritu Santo no participara en la competencia de la mejor carroza, y se dio cuenta de la importancia que su presencia tienen en la comunidad. “Hay pocos católicos en este lugar”, dice ella, “y no saben mucho acerca de nosotros. Esta es nuestra manera de mostrarles que estamos aquí. ¡Realmente disfruto el hacer esto!”. Ella añade que el padre Aarón tiene una de las mejores voces del grupo.

“Se crea un gran sentido de unidad para nosotros, durante el proceso”, dice el padre Aarón. “Ellos han preparado, practicado, planeado y ejecutado la música por al menos un par de meses. Esto nos ha unido algunas tardes y noches de domingo, así que hemos tenido algunas celebraciones con comida. Nosotros practicamos la música. No solo es este evento importante en la comunidad de Windsor, también es muy divertido para nosotros”.
Además de la diversión, la parte grandiosa es que tiene que ver con la misión de la Iglesia. “No tener nuestro propio edificio para la iglesia, significa que algunas veces no podemos tener una promoción, así que esto es realmente una promoción para nosotros, un tipo de evangelización”. Después de ver el letrero, quizás por primera vez, “La gente comenzará a llamar para hacer preguntas”, dice el padre Aarón.
Pronto, todos llegan, se acomodan en sus lugares, para empezar a ensayar mientras que la carroza avanza para llegar al centro de la ciudad. El viaje por carretera es una aventura, en sí mismo, los adornos se mueven por el viento, la música resuena y el hermano Virgil remolca la parte trasera en su camioneta. Los conductores de tracto-camiones los observan divertidos al verlos con sus gorros de Papá Noel, mientras conducen en los carriles
contiguos. Al finalizar el viaje, la carroza se acomoda en su lugar para el desfile, el cual recorrerá una milla de distancia.
Mientras tanto, otros feligreses se reúnen para desfilar. ¿Mencionamos que este es un gran evento para todos? Llevan un letrero grande que dice: “Iglesia Católica del Espíritu Santo”. En poco tiempo el desfile comenzará, y por la siguiente hora, la población de Windsor, que no están participando en el desfile, lo observará mientras carroza por carroza desfila. También disfrutarán cuando la carroza católica, la que más ánimo tiene, pase por donde se encuentran. Puede ser que se den cuentan cuando Maayong Pasko –“Feliz Navidad” se escuche entre los participantes.