Las comunidades afectadas por los destrozos de la tormenta Helene trabajan en las tareas de reconstrucción y la Iglesia Católica se ha sumado a estos esfuerzos para ayudar a las víctimas.
Los donantes de Glenmary de todo el país han respondido generosamente al llamado a ayudar. Al momento de terminar este artículo, a finales de noviembre de 2024, se habían donado más de $200,000 para los damnificados. Estos fondos se están enviando directamente a la parroquia San Miguel Arcángel, ubicada en el epicentro del desastre, en Tennessee, para ayudar con la limpieza de escombros y reconstrucción de viviendas dañadas, luego de que en septiembre y octubre entregamos alimentos y artículos de primera necesidad a los afectados.
La tragedia ocurrió el 27 de septiembre, cuando fuertes vientos y niveles récord de lluvias azotaron algunas regiones de Carolina del Norte enviando enormes cantidades de agua ríos abajo hacia Tennessee.
La misión de San Miguel Arcángel se encuentra en el pueblo de Erwin, en el condado Unicoi. Ahí, tres feligreses murieron arrastrados por la correntada del río Nolichucky, uno de varios que se desbordaron. Numerosas viviendas y el hospital local resultaron inundados.

Ayuda pronta y generosa
Cuando el agua empezó a bajar, la iglesia se movilizó rápidamente para recolectar donaciones, retirar árboles caídos de los patios y organizar un servicio de oración. La iglesia de Glenmary se convirtió en uno de los pocos sitios de distribución de la ciudad que ofrecían a diario alimentos frescos y artículos básicos para el hogar, sin costo alguno. Albergaron la Clínica Móvil St. Mary’s Legacy, un ministerio diocesano para brindar atención médica a los desfavorecidos, y el Consulado de México, que proporcionó identificaciones de reemplazo a unas 650 personas que las perdieron en la inundación.
El párroco de San Miguel, padre Tom Charters, destacó que además del dinero recibido de las oficinas centrales de Glenmary, donantes individuales también han apoyado los esfuerzos de alivio y reconstrucción: “Una pareja manejó hasta aquí desde California para donarnos cosas. ¡Y ese es un trayecto largo!”
El hermano Corey Soignier, de Glenmary, destacó que el obispo episcopal del Este de Tennessee donó $15,000. “Y él ni siquiera tiene una parroquia aquí”, añadió el padre Tom. Caridades Católicas apoyó costeando los funerales de cuatro personas.


El padre Tom dijo que la respuesta ante la tragedia ha sido que “trabajamos juntos, oramos juntos, nos apoyamos el uno al otro. Eso es lo que un cristiano tiene que hacer, ser Cristo el uno para el otro y ser la luz de Cristo el uno para el otro (…) Nos convertimos en las manos de Cristo, en los pies de Cristo y nos convertimos en los ojos de Cristo el uno para el otro”.
