Cuatro miembros honrados por décadas de ministerio.
La humanidad parece estar programada directamente por Dios para marcar el paso del tiempo a través de eventos que marcan metas. Los padres Frank Ruff, Chet Artysiewicz, Neil Pezzulo y el hermano Dennis Craig están celebrando 185 años en conjunto, con Glenmary. Mirando hacia atrás, en sus ministerios, han permanecido llenos de esperanza sabiendo que lo mejor está por venir.
El padre Chet Artysiewicz, ex-presidente de Glenmary terminó su mandato en el Consejo Ejecutivo al mismo tiempo que celebra 50 años de ordenado. El padre Chet, de 74 años, ha visto a Glenmary salir triunfante de muchos desafíos pastorales en las cinco décadas que lleva en la sociedad. “Fui testigo de un tremendo crecimiento y expansión desde que me uní a Glenmary en 1963, pero también he visto cierta contracción”, dijo padre Chet. “Pudimos, en gran medida, colaborar con compañeros de trabajo laicos en un área que no era tan común”. “El fenómeno hispano también ha sido un factor,” añade padre Chet, quien puede celebrar la misa en español o inglés. “Nos hemos adaptado para servir a las personas que viven en donde estamos”. El trabajo misionero del padre Chet lo llevó a siete estados y al Distrito de Columbia antes de regresar a Cincinnati, como presidente en 2011.
Hoy en día, en Glenmary están sirviendo cuatro hombres que profesaron sus votos perpetuos durante la presidencia del padre Chet, y se abrieron seis nuevas misiones durante este período de tiempo. “Nadie aspira a ser presidente, pero alguien lo tiene que hacer, así que tomas tu turno”, dijo padre Chet. “Estoy muy conmovido por nuestros donadores, porque ven “el todo” e interactúan con nuestros miembros”. El padre Chet no ha definido su siguiente objetivo/paso a dar desde que entregó la presidencia al padre Dan Dorsey. Él tomará un período sabático antes de regresar a su ministerio. Cuando regrese, el padre Chet ha dejado ver la posibilidad de explorar un territorio nuevo de misión.
El hermano Dennis Craig fue la imagen de la portada de la revista Glenmary Challenge en 1972, solo pocos meses después de la proesión de sus votos perpetuos. En el artículo se mencionan sus habilidades de mantenimiento y su convicción como hombre de fe. Cincuenta años después, él está dando todavía todo a la causa de las misiones. “Decidí a través de mucha oración y discernimiento durante mi proceso de formación, que cuando hice mi compromiso inicial con Dios y con Glenmary que, con la ayuda de Dios, daría 100 por ciento de esfuerzo a cada trabajo”, dijo el hermano Dennis. “Tuve la bendición de haber disfrutado cada uno de mis trabajos a través de los años aunque algunos no fueron los que yo hubiera elegido. Dios me dio el regalo de poder realizar esos trabajos con una actitud positiva y confié en que me serían dadas las habilidades necesarias para realizarlos lo mejor posible. Los trabajos que el hermano Dennis ha realizado, incluyeron trabajar con la cuadrilla de los hermanos constructores de Glenmary, el equipo de formadores de Glenmary, la oficina de Misión, el ministerio pastoral y el ministerio de miembros de la tercera edad. Hoy con 73 años de edad, el hermano Dennis vive en la residencia de Glenmary en Cincinnati. Él mantiene un ministerio de medio tiempo, encargándose del mantenimiento y reparación de las oficinas de Glenmary y en las misiones.
El padre Frank Ruff no vive en el pasado, pero considera “benditos” sus 60 años como miembro de Glenmary.El misionero de 83 años de edad y expresidente de Glenmary sigue activo en un variedad de ministerios. “Sigo trabajando por la unidad con otras iglesias que sirven al pueblo de Dios, predicando en nombre de los pobres y de Glenmary, y caminando con los enfermos como voluntario de hospicio”, dice el padre Frank. “Soy más feliz hoy que cuando tenía 25 años, es más, soy más feliz que lo que soñé”. Para los hombres jóvenes que se encuentran en discernimiento, el padre Frank sugiere que Dios puede hacer que Glenmary sea el instrumento para sacar lo mejor de ellos. “Cuando me uní a Glenmary, sabía que existía una gran necesidad en las áreas rurales del Sur, y quería ayudar, pero no podía ver lo que estaría haciendo”, dice él. “Glenmary ha utilizado más creatividad en mí que lo que pensé que podría tener, y sigue creciendo. Aprendí como construir una comunidad con las iglesias protestantes, y a quererlos; a trabajar para la reconciliación racial; a ser un sacerdote en un área donde menos del uno por ciento de la población es católica. Yo me uní a Glenmary para ayudarle, pero Glenmary es quien me ha ayudado”. El padre Frank vive en Trenton, Kentucky donde ayuda en la parroquia loca y suple a los sacerdotes del área. A menudo viaja, predica en nombre de Glenmary o Unbound, una organización católica sin fines de lucro.
El padre Neil Pezzulo celebra el aniversario de sus votos, junto con el término de su segundo mandato como primer vice-presidente de Glenmary. Él está celebrando 25 años como misionero, con 57 años de edad, no puede evitar pensar. “En el Evangelio de Juan leemos y estamos invitados a “vengan y verán”. Cuando acepté esa invitación para ir a ver a Glenmary, me enamoré”, dijo. “Me enamoré de lo que podría ser la Iglesia, las posibilidades ilimitadas. Me enamoré de la idea de que lo que estamos tratando de crear no es tanto una Iglesia para hoy sino la Iglesia del futuro. Es más grande que tú y yo. Es algo que podemos dejar como legado para las generaciones futuras”. Nacido en Schenectady, Nueva York, el Padre Neil ha trabajado para dejar un legado en Carolina del Norte, Virginia Occidental, Alabama, Arkansas y Kentucky, así como a través de su trabajo en la administración. Sin embargo, tan importante como el trabajo misionero que ha realizado es el trabajo que queda. “Una comunidad que es pequeña y en crecimiento o que aún no está totalmente establecida tiene que ser creativa para sobrevivir”, dijo el padre Neil. “No pueden confiar en programas ni tradiciones. Como misionero, se me permite ser parte de esa creatividad y es emocionante. Cada día Dios revela algo nuevo, algo desafiante y algo que nos permite ser parte de la construcción del futuro para la próxima generación”. En , el Padre Neil fue sucedido como primer vicepresidente por el Padre Aaron Wessman. A partir de enero de 2020 se convertirá en pastor de las misiones de Glenmary en Maynardville y Rutledge, Tenn.