Miguel y su esposa, Gladys, tienen cinco hijos: Aleida (centro), Sofía (Izq.), Juan Pablo, José y Lucy.
Un inmigrante mexicano que toca música, es catequista desde la adolescencia y ha trabajado por años como predicador católico, es el nuevo refuerzo de Glenmary para su misión en Erwin, Tennessee.
Miguel Pérez se desempeña desde agosto de 2022 como encargado de los ministerios Hispano, de Jóvenes y de Música en la misión de San Miguel Arcángel, que sirve al condado de Unicoi, en el noreste del estado.
“Estamos bien contentos de estar acá”, dijo Miguel, en entrevista por teléfono. “Nos dicen los hispanos: ‘¡Ay, qué bueno que llegaron ustedes! Porque hay que hacer cambios, y queremos música en español, y quisiéramos una Misa en español completa’”, dijo, al referirse a la acogida que la comunidad les ha brindado.
Los latinos representan un 84 por ciento de los feligreses en San Miguel Arcángel, mientras que los anglos constituyen un 16 por ciento.
La llegada de Miguel ha comenzado a ayudar al fortalecimiento de la comunidad. “Hemos iniciado un nuevo grupo de oración aquí los días lunes”, explicó el asociado pastoral, “y le pedí permiso al padre de empezar un nuevo coro en la misa del sábado”.
Miguel se mudó a Erwin desde California, junto con su esposa Gladys, sus cinco hijos y sus suegros. Él es originario de Hermosillo, capital del estado mexicano de Sonora.
Miguel toca la guitarra y ha ganado concursos católicos de música.
“Yo fui ayudante de catequista desde la edad de los 11, 12 años”, dijo Miguel, al recordar sus primeros vínculos con la Iglesia. Sus dos padres eran católicos practicantes. “Todo eso me dio base para despertar ese interés al grupo juvenil cuando tenía los 14 años y de ahí fue una historia de nunca parar, gracias a Dios”, añadió.
Por su parte, el Primer Vicepresidente de Glenmary, padre Aaron Wessman, destacó que la contratación de Miguel forma parte de un esfuerzo por reflejar la diversidad de las poblaciones en las áreas de misión y servirlas lo mejor posible.
La congregación ha decidido incorporar personal “que tenga un contexto similar al de las personas que estamos sirviendo, porque obviamente ellos vendrán con la experiencia, la experticia y el conocimiento que les ayudará a servir a esas poblaciones quizá mejor de lo que lo pudimos hacer en el pasado”.
Por eso, siendo Miguel un inmigrante latino que creció en México y habla español como primer idioma, se espera que pueda conectar con la feligresía del condado de Unicoi y complementar el trabajo que ya venían realizando el párroco, padre Tom Charters, y la asociada pastoral Kathy O’Brien, quien habla español.
—Omar Cabrera.