MISIÓN CELEBRA MISA EN FORMATO ESPECIAL INGLÉS Y ESPAÑOL
Misión celebra misa en formato especial inglés y español
Por Omar Cabrera
“El Señor esté con ustedes. The Lord be with you”, dice el padre Tom Charters. Así comienza la misa de domingo en la parroquia San Miguel Arcángel, en Erwin, Tennessee. Luego sigue una Eucaristía fuera de lo común.
Sentados en las sillas blancas plegables de esta iglesia, escuchan la misa tanto latinos como anglos.
El padre Tom hace la introducción diciendo cada frase primero en inglés y luego en español. Luego, un feligrés lee la primera lectura en inglés; cuando termina, otra persona lee la segunda lectura en español. Luego, el padre Tom lee el Evangelio primero en un idioma y a continuación en el otro. Después, comparte su explicación en inglés, para que luego venga otra feligresa a leer la misma homilía en español.
“Somos una comunidad, dos lenguajes, un solo cuerpo de Cristo”, destaca el padre Tom. “Nosotros somos la única parroquia en la diócesis, creo, o incluso en Glenmary, que lo hacemos de esta manera”, refiriéndose a la celebración de la misa bilingüe con esta modalidad.
“Yo pienso que esto es lo que Dios quiere, que no sea el idioma lo que nos separe, porque aunque son dos idiomas, pero somos una comunidad”, coincide Lorena Reynoso, una feligresa de San Miguel Arcángel.
La familia de Lorena y su esposo, Andrés Reynoso, son un ejemplo a pequeña escala de esta unión de dos culturas. Ella nació en Florida, de padres mexicanos, por lo que desde niña aprendió tanto el inglés como el español. Su esposo, por su parte, nació y creció en México, hablando solo español e inmerso en la cultura de ese país. Emigró al norte cuando tenía veinte y tantos años. Los siete hijos de la pareja han nacido en Estados Unidos, por lo que hablan el inglés mejor que el español. La familia vive en el condado de Unicoi, Tennessee, desde hace más de 20 años.
La misión de Glenmary en la que Lorena, Andrés y sus hijos participan también refleja esta fusión de culturas. En San Miguel Arcángel, un 84 por ciento de los feligreses son latinos, mientras que los anglos representan un 16 por ciento. La mayoría de los anglos son militares retirados y sus esposas. Algunos de los latinos son jornaleros agrícolas que llegan a la zona con visas temporales para trabajar en dos plantaciones de tomate.
El padre Tom explica que muchos de los latinos tienen hijos pequeños, mientras que los anglos son, en su mayoría, adultos mayores. La misa bilingüe y las actividades que realiza la iglesia ayudan también a unir a chicos y grandes.
“Ellos (los anglos) como se sienten contentos con nosotros y nos ven como familia, a nuestros hijos ya los ven como nietos”, dice Andrés, el esposo de Lorena. “¡Qué más que estar unidos, estar juntos, que ellos estén felices! Y si nuestros hijos están felices, nosotros estamos contentos. Y yo pienso que eso le agrada a Dios”.
A Dios también le ha de alegrar que algunas de las canciones que se cantan en misa también se entonan en español y otras en inglés. Además, una vez al mes, quienes asisten a la misa tienen la opción de quedarse después para compartir una comida con sus hermanos de comunidad. Ese día, en San Miguel Arcángel comen juntos anglos e hispanos, mujeres y hombres, niños, jóvenes y adultos.
“Hemos estado haciendo esto por más de 10 años”, dice el padre Tom, al referirse a la forma bilingüe y bicultural de convivir como comunidad católica. Admite que “hemos perdido a uno, dos, o quizá algún otro feligrés más (tanto anglo como latino), pero tenemos 280 feligreses”.
Andrés cree que la misa y las actividades bilingües definitivamente unen a anglos e hispanos. Pero, pensando en los inmigrantes que solo hablan español y no entienden inglés, él cree que sería mejor si también la parroquia ofreciera una misa en español.
Una comunidad que crece
El padre Toma asegura que posiblemente por las características de esta comunidad, el modelo bilingüe y bicultural no solo ha funcionado, sino que el número de feligreses sigue aumentando.
La misión ofrece clases de confirmación, primera comunión y catequesis, a las que asisten sobre todo niños y adolescentes hispanos, junto a algunos anglos. Antes de la pandemia, los grupos llegaban a un total de 76 niños, lo cual era un desafío para acomodar en un edificio de la iglesia que no tiene suficientes espacios separados.
“¡Son muchos niños! Y tenemos más niños desde entonces”, dice el padre Tom. “Nuestro proyecto ahora consiste en tratar de recaudar fondos para dos aulas porque hemos crecido mucho”.
El año pasado, la misión pidió a sus feligreses que consideraran donar parte de los cheques de estímulo que recibieron del gobierno. Ellos respondieron generosamente y a principios de junio 2021, el fondo alcanzó los $85,000. En ese mismo mes, la parroquia recibió la visita del obispo de Knoxville, Richard F. Stika, quien instaló oficialmente al padre Tom como párroco de la misión. Durante la ceremonia, el obispo hizo un anuncio sorprendente: donaría $10,000 al proyecto.
Incluso con estas generosas donaciones, el proyecto de expansión enfrenta nuevos desafíos. Los precios de la construcción se han más que duplicado y los constructores en el área están tan atrasados que una empresa se ofreció a comenzar dentro de un año, pero luego siguió posponiendo el proyecto. El padre Tom dice que aún hoy, en el verano de 2022, siguen buscando una empresa que pueda asumir la construcción relativamente pronto.
La misión de San Miguel Arcángel ha crecido constantemente desde sus humildes comienzos en 2011. Para entonces, los feligreses se reunían en el Elk’s Club local. Siete años después, en 2018, la parroquia inauguró el nuevo edificio de la iglesia, que ahora no da abasto para la comunidad.
Juventud en acción
Para este verano 2022, San Miguel Arcángel realizó una semana de actividades especiales para preadolescentes y jóvenes de sexto a octavo grado. El programa, que este año se realizó en julio, se conoce como ‘Equipo de Fe en Acción’, en inglés: Faith in Action Team (FIAT).
“Son lecciones sobre justicia y una experiencia de servicio”, resume Kathy O’Brien, Asociada Pastoral de la misión.
En el verano de 2021, los chicos que participaron en el programa ayudaron a una viuda de más de 80 años que había sufrido un derrame cerebral. “Los niños fueron allí y podaron árboles, arbustos, plantaron flores, limpiaron la casa y la ayudaron con todo lo que necesitaba dentro de la casa”, detalla el padre Tom.
Los chicos de FIAT también elaboraron e instalaron junto a la parroquia catorce estaciones de la cruz que ahora forman parte de San Miguel Arcángel.
Para este año, 10 chicos y chicas participaron en la semana FIAT. También apoyaron la actividad cuatro miembros de la familia misionera Tavares y otros tres adultos de la comunidad parroquial.
“Creemos que nuestro grupo de Educación Media es actualmente nuestro grupo más fuerte”, añade la Asociada Pastoral.
Como es de esperar cuando se trata de adolescentes, la semana del programa FIAT incluye oración y también oportunidades de entretenimiento. Kathy dice que los detalles todavía están por definirse, pero como ejemplo, mencionó que el año pasado los chicos cerraron la semana con una comida y ‘water games’.
Independientemente de los detalles, los participantes viven cada año una experiencia inolvidable, que combina espiritualidad, servicio y diversión. Ah, y por supuesto, tratándose de San Miguel Arcángel, en las actividades participan latinos y anglos unidos como hermanos.