Más de 30 personas participaron en la misa y después compartieron bocadillos y bebidas. -Foto cortesía del padre Samuel Mungai.
La más nueva de las misiones de Glenmary celebró su primera misa el pasado viernes 17 de junio en el pueblo de Livingston, en el noreste de Tennessee.
Livingston se ubica a cerca de una hora y media de Nashville. El padre Samuel Mungai ofreció la Eucaristía, que tuvo lugar en un salón de la biblioteca pública del pueblo.
“Esperaba tener unas diez personas. Me asombró que media hora antes de la misa ya eran treinta”, dijo el padre Samuel. “Se instalaron en silencio, haciendo del salón de la biblioteca un verdadero espacio de oración, una iglesia”.
El misionero laico Lorenzo Aju, principal responsable de la misión, dijo que fue emocionante ver la respuesta de las personas. Una de ellas, por ejemplo, donó flores para colocar frente a la humilde mesa que sirvió como altar. Al finalizar la misa, los feligreses también compartieron bocadillos y bebidas.
Lorenzo y su esposa Nicolasa, con el apoyo del padre Samuel, iniciaron la nueva misión católica en abril recién pasado. Ellos se mudaron al este de Tennessee desde Houston, Mississippi, donde Lorenzo trabajó por más de 15 años en una parroquia que Glenmary fundó y luego entregó a la Diócesis de Jackson.
Esta misión en el condado de Overton, en Tennessee, es la más reciente que Glenmary inicia, en una época en la que numerosas parroquias están cerrando en diferentes partes de Estados Unidos.
El condado de Overton tiene una población cercana a las 23,000 personas, según el Censo de los Estados Unidos. La tasa de pobreza en el condado es de 16.3%.
Una presencia católica permanente
El presidente de Glenmary, padre Dan Dorsey, ve con entusiasmo el nacimiento de esta nueva misión. “Creo que Lorenzo tiene una gran presencia. Él es bastante amable (…) Él vendrá a las vidas de las personas en una forma no amenazadora, maravillosa y representará muy bien a la Iglesia Católica”.
Con respecto a las expectativas para el condado Overton, el padre Dan explica que “Tal vez habrá una parroquia ahí, tal vez nunca la habrá. Creo que en algún momento la habrá, pero eso puede ser en unos 10 ó 15 años. Lo importante es lograr una presencia católica estable en el pueblo y en el área.”
El padre Samuel adelantó que la próxima misa está programada para el viernes 22 de julio, en el mismo lugar.
–Por Omar Cabrera